Selva Lacandona, Chiapas
Verano 2007
Verano 2007
Cada vez que me subo a un avión, no siento que me traslado solo en la distancia, siento que también me muevo en el tiempo.
Dentro de las culturas vivas, aquellas que protegen el tiempo, una que me encanta es la de los Lacandones. Los Hach Winik, los verdaderos hombres. Un lugar en donde cuidan las tradiciones, su lengua maya y en gran medida sus ritos espirituales.
Durante las veces que me ha tocado visitarlos se me han quedado algunas frases muy gravadas en donde destaca: "¿Por qué les hace feliz atesorar?"
Cada vez que veo esta foto recuerdo porque existe South Hope, la esperanza del sur. Para hacer ese intercambio entre el turista y el guardián de las tradiciones, inspirar por una parte, llevar derrama económica y social en el otro lado.
El detonador emocional fue en un viaje, donde un Lacandón había sido engañado, una gran empresa fue con el para tomarse fotos porque le operarían uno de sus ojos, todo fue un engaño, una foto para el reporte de responsabilidad social, una foto para la prensa, una foto para la colección de los insensibles zoológicos sociales.
Tenemos que llevar a nuestros jóvenes a ganar inspiración, a ganar conocimiento, que sepan de nuestras culturas vivas, de nuestras raíces. La historia de México es muy rica para verla a través de una pantalla. Hay que generar un turismo para todos, donde podamos aprender, donde podamos intercambiar, donde podamos vivir México.
¡Somos responsables de mantener nuestras tradiciones, de mantener viva nuestra cultura!
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